Marcha de Mujeres en CDMX: Un Clamor por Justicia y Visibilidad


La Celebración del 8M
El 8 de marzo marca un día crucial en la lucha por la igualdad de género y los derechos de las mujeres a nivel mundial. En Ciudad de México, miles de mujeres se convocan cada año para expresar sus demandas y dar voz a las que ya no están. Este 8M, el clamor se oyó fuerte y claro, con consignas resonantes que exigían un alto a la violencia feminicida que afecta al país.
Marcha hacia el Zócalo
Desde bien temprano, los contingentes de mujeres comenzaron a formarse en el Paseo de la Reforma, portando pañuelos y prendas moradas, símbolo de la lucha feminista. Con pancartas que llevaban mensajes contundentes como "Vivas se las llevaron y vivas las queremos", las manifestantes caminaron con determinación hacia el Zócalo, el corazón de la ciudad y un lugar emblemático para manifestaciones sociales.
Unidos por la Justicia
La presencia de familiares de víctimas de feminicidio fue especialmente notable. Ellos caminaron adelante, llevando la memoria de sus seres queridos y recordando que la lucha es constante y necesaria. La marcha no solo se centró en conmemorar, sino en exigir justicia y un cambio en la narrativa pública sobre la violencia de género. Es crucial que tanto mujeres como hombres se unan en esta lucha, entendiendo que la violencia contra las mujeres es un problema que afecta a toda la sociedad.
La movilización del 8 de marzo es un recordatorio de que no todas las mujeres llegan a casa sanas y salvas. Esto se convierte en un poderoso llamado a la acción para frenar la impunidad y promover un entorno seguro para todas. Hablar sobre feminismo y derechos de la mujer, sobre todo en un contexto tan apasionante como el de la Ciudad de México, resuena con fuerza y esperanza, generando un sentido de comunidad y solidaridad entre quienes marchan.
En conclusión, la marcha por el 8M en la Ciudad de México es más que una simple conmemoración; es un escenario donde habitualmente se alzan voces en contra de la violencia y por la igualdad. Es un símbolo de resistencia, un grito por justicia y, sobre todo, una manifestación de que muchas mujeres siguen luchando, recordando a las que ya no están y empujando por un futuro donde todas lleguen a casa.”