La metamorfosis de las "mañaneras": ¿Un cambio de estilo o una transformación profunda?

11/2/20241 min read

Desde su primera aparición como presidenta, Claudia Sheinbaum ha decidido conservar una de las tradiciones más icónicas de su predecesor, las "mañaneras", pero no sin imprimirle su propio estilo. Con cambios en el horario, una duración más corta y una estructura definida para abordar temas específicos como salud, historia o género, Sheinbaum busca construir una conexión con la ciudadanía que priorice el diálogo y la información por encima de la confrontación. A diferencia de AMLO, cuyas conferencias diarias eran un espacio para fustigar a los adversarios y defender su movimiento político, Sheinbaum opta por mantener una postura más técnica y menos combativa, dejando que sus argumentos hablen por sí mismos y evitando entrar en largos intercambios con la prensa.

Este cambio, aunque sutil, representa una transformación de fondo en el ejercicio de la comunicación pública. Al no buscar una confrontación abierta y restar prioridad a la narrativa política en favor de la información objetiva, Sheinbaum marca un nuevo rumbo. Ahora, los periodistas reciben un mensaje claro desde la Presidencia: las preguntas deben ser concisas, y el favoritismo a medios oficialistas ha desaparecido, revelando una intención de organizar las conferencias de forma equitativa y ordenada. Con el cambio del fondo rojo a blanco y la imagen de una mujer joven en lugar de próceres históricos, Sheinbaum comunica visualmente su intención de un gobierno inclusivo y menos orientado al culto a la personalidad. En este nuevo esquema, se plantea si la "mañanera" se convertirá en una herramienta de comunicación permanente o si perderá peso al ser menos política.