Suben los precios de frutas y verduras: ¿Quién responde por la economía mexicana?
La inflación sigue al alza en México, afectando a los consumidores con precios más altos en alimentos esenciales. El gobierno enfrenta presión para controlar estos aumentos.


La inflación sigue golpeando los bolsillos de las familias mexicanas, y el incremento de precios en productos esenciales como frutas, verduras y electricidad ha generado preocupación generalizada. En octubre de 2024, la inflación anual se aceleró a 4.76%, impulsada principalmente por el alza en los precios de alimentos básicos, que forman una parte esencial de la dieta de los hogares mexicanos.
Los productos de la canasta básica, cada vez más inaccesibles
Las frutas y verduras, alimentos indispensables en la dieta, se han vuelto cada vez más costosos, dificultando que muchas familias mexicanas puedan adquirir una variedad de productos frescos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el precio de estos productos ha registrado un aumento significativo en los últimos meses. Productos como el jitomate, la cebolla y el aguacate, que suelen estar presentes en la mayoría de los platillos mexicanos, han experimentado alzas de más del 10%, afectando seriamente la economía familiar.
Este aumento en los precios no solo impacta a los consumidores, sino también a pequeños comerciantes y productores que dependen de la venta de estos productos para su sustento. “Cada vez menos personas compran frutas y verduras en mi puesto. La gente se va por lo más barato y deja de comprar lo fresco”, comenta Rosa, una vendedora de frutas en el mercado de la Ciudad de México. Su testimonio es un reflejo de la situación que viven miles de vendedores en el país, quienes han visto disminuir sus ingresos a medida que los consumidores buscan alternativas más económicas.
La causa detrás de los precios altos
La inflación en los precios de alimentos no es un fenómeno aislado. Diversos factores contribuyen a esta situación, como los costos de transporte, la escasez de ciertos productos y las condiciones climáticas adversas que han afectado la producción agrícola. Además, la finalización de los subsidios en tarifas eléctricas en algunas regiones del país también ha contribuido al aumento de precios, ya que el costo de la energía impacta en toda la cadena de producción y distribución de alimentos.
En paralelo, el contexto económico global ha generado una serie de presiones en la economía mexicana. La devaluación del peso frente al dólar ha encarecido las importaciones de productos y servicios esenciales, lo que también repercute en los precios internos. Esto plantea una pregunta importante para muchos ciudadanos: ¿quién es el responsable de asegurar que los alimentos básicos sean accesibles para todos?
Las respuestas del gobierno y las críticas de la oposición
Ante esta crisis de precios, el gobierno federal ha implementado algunas medidas temporales, como la reducción de aranceles para ciertos productos importados y subsidios a productores nacionales. Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado contener el incremento de precios de manera efectiva. En su más reciente declaración, el secretario de Economía afirmó que se están evaluando estrategias adicionales para estabilizar los precios de los alimentos y mitigar el impacto de la inflación en los hogares.
Sin embargo, estas acciones han sido criticadas por diversos sectores y miembros de la oposición, quienes consideran que el gobierno no ha actuado con la celeridad y profundidad necesarias para enfrentar esta crisis. “El incremento de precios está golpeando a las familias mexicanas, y las políticas del gobierno solo han sido parches temporales. Necesitamos soluciones estructurales”, señaló un representante del Partido Acción Nacional (PAN). Según los críticos, la administración debe implementar políticas de largo plazo que estabilicen la economía y garanticen el acceso a productos de primera necesidad.
Los hogares mexicanos se ven obligados a cambiar sus hábitos de consumo
La realidad para muchas familias mexicanas es que están recurriendo a alternativas para enfrentar esta situación. La compra de frutas y verduras frescas ha disminuido en varios sectores, y muchos han optado por adquirir alimentos enlatados o procesados, que, aunque menos nutritivos, son más económicos y tienen una mayor duración. Esto genera preocupación en términos de salud pública, ya que una dieta baja en frutas y verduras puede tener efectos negativos en la nutrición y el bienestar de la población.
“No puedo seguir comprando todo lo que antes compraba. Opto por lo más barato, aunque no sea tan saludable”, comenta Juan, un obrero en Monterrey, quien comparte que los aumentos en precios de alimentos frescos lo han llevado a cambiar sus hábitos de compra. Esta situación es cada vez más común en el país, donde los ciudadanos deben decidir entre calidad y cantidad debido a los altos costos.
¿Cuál es el futuro de la economía mexicana?
La inflación acumulada durante los últimos años y el persistente aumento en los precios de productos básicos han generado inquietud sobre el rumbo de la economía mexicana. Los analistas advierten que, si no se implementan medidas efectivas, la inflación podría seguir escalando y complicando aún más la situación de las familias. La reciente encuesta de Citibanamex mostró que la mayoría de los expertos económicos no esperan una disminución significativa de la inflación en los próximos meses, lo que genera incertidumbre sobre el bienestar de la población.
Además, el Banco de México ha mantenido una política de altas tasas de interés en un intento de contener la inflación, aunque esta medida tiene un impacto limitado en los precios de alimentos y otros productos de consumo diario. A medida que el gobierno y las instituciones financieras buscan alternativas para enfrentar este reto económico, los ciudadanos se encuentran atrapados en una economía donde los costos suben y el poder adquisitivo se reduce.